La ley espiritual del éxito es la Ley del Dar. Y en realidad practicar la ley del dar es muy simple.
La mejor manera de poner en operación la Ley del Dar y poner todo el proceso en circulación, es tomar la decisión de que en cualquier momento que se entra en contacto con otra persona, se le dará algo.
No tiene que ser algo material; puede ser una flor, un cumplido, o una oración; de hecho, las formas más poderosas de dar no son materiales.
Los regalos de cuidados, atención, afecto, apreciación y amor son algunos de los más preciosos regalos que se pueden dar, y no cuestan nada.
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La Ley del Dar, por Deepak Chopra
El universo opera mediante un flujo dinámico. Dar y Recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo. Si estamos dispuestos a dar aquello que buscamos, mantendremos la abundancia en el universo circulando por nuestras vidas.
La ley espiritual del éxito es la Ley del Dar. También podría llamarse la Ley del Dar y Recibir, porque el universo opera por medio de un intercambio dinámico; nada estático.
Nuestro cuerpo está en un constante estado dinámico con el cuerpo del universo, nuestra mente mantiene una interacción dinámica con la mente del cosmos.
El flujo de la vida no es otra cosa que la interacción armoniosa de todos los elementos y las fuerzas que estructuran el campo de la existencia. Esta interacción de las fuerzas y los elementos de la vida opera a través de la Ley del Dar.
Puesto que nuestro cuerpo, nuestra mente y el universo mantienen un constante y dinámico intercambio, frenar la circulación de la energía es como frenar el flujo sanguíneo. Cuando la sangre deja de circular comienza a coagularse y estancarse.
Por eso debemos dar y recibir a efecto de mantener la afluencia y la riqueza, o cualquier otra cosa que deseemos en la vida, circulando permanentemente.
La palabra afluencia viene de la raíz affluere, que significa fluir hacia. y significa fluir en abundancia.
El dinero es un símbolo de la energía vital que intercambiamos y de la energía vital que utilizamos como consecuencia del servicio que le prestamos al universo.
Al dinero también se le llama moneda corriente, nombre que refleja igualmente la naturaleza fluida de la energía. La palabra corriente viene del latín cúrrere que significa correr o fluir.
Por tanto si impedimos la circulación del dinero y nuestra única intención es acaparar el dinero y aferrarnos a él, impediremos también, puesto que el dinero es energía vital, que éste vuelva a circular en nuestra vida.
Para que esa energía fluya constantemente hacia nosotros debemos mantenerla constantemente en circulación. Al igual que un río el dinero debe mantenerse en movimiento o de lo contrario comienza a estancarse, a obstruir a sofocar y a estrangular su propia fuerza vital; la circulación lo mantiene vivo y vital.
La ley del Dar y Recibir
El dar engendra al recibir y el recibir engendra al dar. Lo que sube debe bajar y lo que se va, debe volver.
En realidad recibir no es lo mismo que dar porque dar y recibir son aspectos diferentes del flujo de la energía en el universo, aunque muy complementarios; por ello, si detenemos el flujo de alguno de los dos obstaculizamos el flujo de la inteligencia de la naturaleza.
Toda relación es una relación de dar y recibir.
En toda semilla esta la promesa de miles de bosques pero la semilla no debe de ser acaparada; ella debe dar su inteligencia al suelo fértil, a través de su acción de dar su energía invisible fluye para convertirse en una manifestación material.
Cuanto más demos más recibiremos, porque mantendremos la abundancia del universo circulando en nuestra vida.
En realidad todo lo que tiene valor en la vida se multiplica únicamente cuando es dado. Lo que no se multiplique a través del dar, ni vale la pena darlo, ni recibirlo.
Si al dar sentimos que hemos perdido algo, entonces el regalo no ha sido dado en realidad y no generará abundancia. Cuando damos a regañadientes, no hay energía positiva detrás de nuestra acción de dar.
En el dar y recibir lo más importante es la intención.
Esta debe de ser crear felicidad para quien da y para quien recibe, porque la felicidad sustenta y sostiene la vida, y por tanto, genera abundancia.
Cuando el acto es incondicional y sale del corazón, la retribución es directamente proporcional a lo que se da,
Por eso el acto de dar debe ser alegre; la actitud mental debe ser tal que se sienta en el acto la alegría de dar. De esa manera la energía que hay en el acto de dar aumenta muchas veces más.
Practicar la Ley del Dar
En realidad practicar la ley del dar es muy simple.
Si se quiere felicidad, se debe dar felicidad a otros; si se quiere amor, hay que entonces aprender a amar a los demás; si se quiere atención y apreciación, aprender a dar atención y apreciación es la respuesta; si se quiere abundancia material, entonces se debe ayudar a otros a tener abundancia. De hecho:
la manera más fácil de obtener lo que se quiere es ayudando a otros a obtener lo que quieren.
Este principio opera para individuos, corporaciones, sociedades y naciones.
Si se quiere ser bendecido con todas las cosas buenas de la vida, se debe primero aprender a bendecir silenciosamente a todos con las cosas buenas de la vida.
Hasta pensar en dar, en bendecir, o una simple oración tiene el poder de afectar a los demás. Esto es porque el cuerpo, reducido a su estado esencial, es un manojo de energía e información localizado en un universo de energía e información.
La mejor manera de poner en operación la Ley del Dar y poner todo el proceso en circulación, es tomar la decisión de que en cualquier momento que se entra en contacto con otra persona, se le dará algo.
No tiene que ser algo material; puede ser una flor, un cumplido, o una oración; de hecho, las formas más poderosas de dar no son materiales.
Los regalos de cuidados, atención, afecto, apreciación y amor son algunos de los más preciosos regalos que se pueden dar, y no cuestan nada. Cuando se conoce a alguien, se puede silenciosamente enviar una bendición de felicidad, alegría y dicha. Esta manera de dar silenciosamente es muy poderosa.
¿Te atreves a pedir lo que necesitas?
Cómo aplicar La Ley del Dar
Pondré a funcionar la ley del dar comprometiéndome a hacer lo siguiente:
- Cada vez que visite a alguien llevaré un regalo. No necesita ser algo costoso, puede ser algo que tenga en mi casa, una flor, una nota que exprese algo sobre mis sentimientos hacia la persona a quien visito, un elogio o una oración. Pero nunca dejaré de llevar algo.
- Cuando me encuentre con alguien o intercambie palabras con algún desconocido, en silencio desearé que su vida se llene de bendiciones, de alegría, de felicidad y de bienestar. De esta forma iniciare el proceso de poner en circulación la alegría, la riqueza y la prosperidad en mi vida y en la de los demás.
- Recibiré con gratitud todos los regalos que la vida me dé: la luz del sol, el canto de los pájaros, la lluvia en invierno y las flores en primavera.
- Tendré una actitud abierta para recibir de los demás, ya sea un regalo material, dinero, un elogio. Lo recibiré con alegría y gratitud, recordando que tanto el dar como el recibir son parte del flujo de energía que mantiene la riqueza y la afluencia circulando permanentemente.
- Me comprometeré a mantener en circulación la abundancia dando y recibiendo los dones más preciados de la vida: cariño, afecto, aprecio y amor.
Fuentes:
• Chopra, Deepak. La Ley del Dar.
• Las siete leyes espirituales del éxito,pdf
La ley del dar, el recibir y el merecimiento
«Siempre se le da énfasis al dar, pero también es importante saber recibir. Sin esta capacidad, el círculo del Amor quedaría incompleto, pues dar y recibir son las dos caras de una misma moneda.
Si alguien nos hace un favor o nos da un regalo valioso, podemos caer en el miedo a sentirnos en deuda. Entonces en lugar de recibir de corazón abierto, acabamos sintiéndonos incómodos y preocupados por poder retribuirle.
Pero en muchas ocasiones lo único que se nos pide es recibir, y al hacerlo ya estamos dando,
le estamos dando al otro la oportunidad de hacer algo por nosotros.
Pedir es otro aspecto de la capacidad de recibir. Decir de un modo directo y claro lo que queremos o necesitamos es estar dispuesto a recibir del otro, de la vida o del universo. Pero en lugar de pedir sin dudas y temores, en muchas ocasiones nos quejamos de la falta de ayuda y apoyo. Sin embargo, los demás no pueden ni deben adivinar lo que necesitamos; es nuestra responsabilidad comunicarlo.
Detrás de la incapacidad de recibir puede estar escondida la falta de merecimiento: en lo más hondo sentimos que no merecemos ser tenidos en cuenta, no merecemos ocupar el lugar que nos corresponde, y que es sólo dando que recibiremos atención y afecto.
Para sentirse merecedor es importante amarse a uno mismo, incondicionalmente. Y es esencial comprender que no merecemos recibir por lo que damos o hacemos.
En realidad todos nos merecemos lo mejor de la vida por lo que somos: seres de pura luz, Amor y bondad, aún cuando nos cueste reconocerlo.
Tú eres valioso e importante, tú ocupas un lugar irreemplazable en el universo. De no ser así, no estarías aquí, en este mundo, y no estarías leyendo este texto».Deepak Chopra
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